6/10/07

Y volverán los oscuros nubarrones...

¡Vivan las energías limpias señores! Y más las que sirven para
acallar las conciencias.



Me encuentro entre sorprendido y estupefacto. Me llega una noticia, quieren construir una planta de energía fotovoltaica en Castuera. Perfecto, ya es hora de apostar de verdad por las energía renovables, ya es hora de dar el paso hacia adelante con toda la materia prima que tenemos.


Pero no, no todo iba a ser tan bonito, sino tal vez no estuviese escribiendo esta entrada en este blog.


Resulta que el excelentísimo señor alcalde de la ciudad de Castuera, socialista él, poco democrática su ascendencia, se dice y se comenta, pretende acabar con uno de los últimos vestigios que nos quedan de uno de los campos de concentración más importantes de España. Un campo de concentración que albergó a miles de represaliados políticos.


Resulta que ahora el señor alcalde quiere construir sobre lo que queda de este campo de concentración en connivencia, también se dice y se comenta, con su colega, el presidente de la Diputación de Badajoz, que lo fue hasta las pasadas elecciones, de un pasado, se dice y se comenta de nuevo, también "dudoso".

No sé hasta que punto estos dimes y diretes son reales, o tal vez no quiero escribirlo, eso queda a disposición del lector, pero la realidad es que ese campo de concentración, en lugar de quedar como muestra del horror de una guerra civil, un lugar de estudio para los especialistas y de visita para los colegios e institutos va a pasar a ser un campo de energía fotovoltaica y parece que nadie se va a molestar en hacer nada para evitarlo.

Por supuesto, no se trata de lo que dirán los populares... "¡ay que ver estos rojos queriendo ganar la guerra 70 años después!", pues no señor mío, pero creo en la historia, creo en el hombre y creo en la importancia de la huella arqueológica, e igual que al alcalde de Mérida no se le ocurriría poner unos grandes almacenes en uno de los teatros romanos mejor conservado del mundo, espero, confío o más bien deseo que no se le ocurra al alcalde de Castuera sepultar los restos del campo de concentración o que si lo hace, como ya es obvio la justicia y la política le paren los pies, porque la sociedad ya no me preocupa, ahora nacemos dormidos y morimos dormidos, somos perfectas máquinas que ni sienten ni padecen y por supuesto tampoco se movilizan ni se alertan. Mientras tanto, los restos de la gente que fueron arrojadas a la mina que hay al lado siguen ahí enterradas, sin identificar ni cuantificar.

Como dice el título del hilo, volverán los oscuros nubarrones, cuando los caciques de los pueblos quemaban los registros de los ayuntamientos y tapaban sus chanchullos y fraudes porque eso no interesaba al populacho. ¿Nada ha cambiado?


Edito con orgullo esta entrada para borrar el Alea Jacta Est por un ¡paso atrás! Se declara la zona Bien de Interés Cultural y se suprimen los planes sepultar la historia. Me alegra que seamos capaces de entrar en razón.