17/5/07

No toquemos nada que se va a romper España

Ayer estuvo Llamazares en Cáceres y como todo buen ciudadano al que sí le interese la política (no comprendo cómo la gente puede decir que no le interesa algo que nos rodea, algo de lo que depende su futuro), no pude faltar a la cita.




Lo primero que tengo que decir es que me fastidió mucho ver el paraninfo de Filosofía y Letras casi vacío ante un acto de tal envergadura. No concibo cómo puede venir el líder de un partido nacional a Cáceres, a nuestra Universidad y la asistencia no fuese masiva. Debo estar perdiendo facultades porque últimamente no me explico muchas cosas...

Decía Llamazares, entre otras muchas cosas, que el sistema político vigente era injusto con ellos. No le falta razón.

Uno se va al resultado de las elecciones de 2004, que hoy con internet ya se puede hacer cualquier cosa, se pone a mirar los votos y la relación de diputados por partido y ve esto:




La verdad es que tenemos un sistema electoral malo, por no decir rematado.


¿Cómo un partido político con 1.269.532 votos menos diputados que otro con 417.154 votos? Más de 800.000 votos más tiene IU que PNV, sin embargo le corresponden dos diputados menos.

La pregunta en sí viene a ser parecida si se efectúa desde otra óptica ¿cómo una formación con menos de medio millón de votos puede tener más diputados que otro con más de 1,2 millones?

La pregunta tiene mucha tela que cortar detrás. Personalmente creo que es uno de los problemas más grande que tiene España y tenemos todos los españoles. Una formación política por el hecho de ser nacionalista en alguna región o entidad nacional (como Cataluña y Andalucía) no debe tener ese gran peso en el Congreso. Se supone que el Congreso es una Cámara de ámbito nacional, para cuestiones regionales ya está el Senado.

No hay que confundir esto con cualquier posibilidad de que estas formaciones no estuviesen en Madrid, tienen todo el derecho como formaciones autónomas, pero su peso debería estar en relación a los votos obtenidos en la totalidad del territorio, ni medias tintas ni complicaciones.


Parece algo lógico, pero ¿quién da el paso para cambiarlo?

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