14/3/08

Tíbet, un paraiso oprimido

Tíbet es uno de esos lugares marcado en el mapa de mis sueños, tengo que ir algún día allí ¿tal vez en 2009? Un verano no muy alejado se hará realidad esa fantasía del transiberiano desde Rusia y llegar a Ulán Bator, Beijing y Lasha. Pero no es este el tema que me ha llevado a escribir esta nueva entrada.

Tíbet vive desde 1949 bajo el dominio de China, pero los tibetanos no aceptan un pueblo invasor que pretende imponer sus normas y sus costumbres y no aceptan su identidad cultural. Lo que pasa dentro de las fronteras nadie lo sabe. China actúa y tapa su estela. No se permite la entrada de medios de comunicación, se 'cachea' a los turistas para que no entren determinadas cosas (del tipo de fotos del Dalai Lama o estupideces similares), no dejan salir a los tibetanos, etc.

Muchos de los turistas que visitan alguna ciudad tibetana (la única fuente de información de lo que allí sucede en el exterior) denuncian situaciones inhumanas y asesinatos selectivos por parte del ejército chino (un soldado por cada diez tibetanos), que son silenciados por los medios de comunicación y por los Estados occidentales que prefieren unas buenas relaciones con el Gran Dragón Asiático. China considera el Tíbet como una región más de su República Popular, el gobierno tibetano en el exilio habla de un país ocupado ilegalmente.

Mientras tanto desde Tíbet se sigue pidiendo auxilio.

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