18/5/07

Todos los españoles no somos iguales ante la ley

Dice nuestra querida y admirada (aunque pocas veces leídas y menos analizadas) Constitución:

Artículo 14

Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Desde luego no creo que nadie crea esto de entrada, pero por si acaso explico mi punto de vista. Cuando alguien roba siempre es más sospechoso el negro que el rubio, cuando alguien atraca siempre es más sospechoso el vagabundo que el encorbatado, cuando alguien miente siempre es más sospechoso el hippy que el católico.

Poca gente puede cuestionarse esto hoy en día, nadie dice que vayan a ir a la cárcel, pero de entrada todo el mundo habla de uno y no de otro.

No quiero ir a este aspecto sin embargo, sino a otro bien concreto, en la Corona. Cito de la Constitución:

Artículo 57

La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos.


Ahí tenemos el primer problema, nada más empezar el famoso título II. Sigue el orden de primogenitura, pero si nace una niña no vale, si nace otra niña tampoco vale y así hasta que nazca un Santo Varón.

Vaya por Dios. Y esto pasa en pleno siglo XXI, a la altura del año 2007...

Dice otro texto, que a mi juicio se lleva la palma del atentado contra el artículo 14:

Artículo 56

3. La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65,2.


Ale, los actos del Rey no están sujetos a responsabilidad. Es decir, que tiene toda la inmunidad legal para poder hacer cualquier cosa que le viniese en ganas, que nadie puede exigirle responsabilidad alguna.

Nada de nada. Haga lo que haga

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